1. Estilo oriental: opta por ambientes sobrios y poco recargados
El estilo oriental se caracteriza por ciertos elementos, materiales, diseños y paletas de colores que son bastante potentes, decorativamente hablando. Son elementos que tienen mucha fuerza y carácter y que llenan cualquier ambiente. Por eso es importante no pasarse de la raya y elegir el mobiliario y los complementos con mesura, para no llenar los espacios
2. La paleta de color: el dominio del rojo y negro
En lo que se refiere al mobiliario, la estrella del estilo oriental son las superficies lacadas en negro, rojo oscuro, ocre, etc. Los textiles, en cambio, se pueden escoger en tonos fríos como los azules. Ambas tendencias cromáticas se pueden combinar con acierto. Eso sí, siempre eligiendo como base un espacio dominado por los tonos neutros. El gris suave, los tonos crudos y tostados, etc. servirán como fondo para otros contrastes de color más audaces.
3. Los materiales que triunfan
Una de las características que definen la decoración de estilo oriental está en la elección de los materiales, muy arraigados en su cultura popular. Se trata de materiales naturales pero relacionados con las tradición asiática. De entre todos, destacan la piedra, la madera (en especial maderas asiáticas como la de cedro), el bambú, la seda, el papel de arroz, etc.
Todos estos materiales nos ofrecen un montón de posibilidades a la hora de combinarlos en la decoración para crear contrastes originales.