1 – Mezclar el color mínimo con el máximo detalle.
Tonos suaves y neutros, telas bonitas y accesorios ornamentales. Para una versión más sofisticada del estilo shabby chic, opta por una paleta de blancos rotos y crema, agrega madera en decapé blanco y envejecida. Para que no te quede un espacio demasiado plano, coloca accesorios, muchos detalles y texturas, incluidos tejidos de crochet, lino y encaje. No te olvides de introducir el gris. Un suelo laminado gris no rompe con la estética del espacio y proporciona un contraste sutil.
2 – Elige complementos artesanales.
Para conseguir el estilo shabby chic en un espacio lleno de carácter, combina madera desgastada con tapicería. Tonos azul suave/gris y establece el tono para un aspecto más dinámico. Inspírate en estampados florales, almohadones y pantallas. Reúne jarrones que den sensación artesanal.
3 – Crea una sensación de campo.
Franjas sutiles, los tonos neutros y los muebles decapados crean un aspecto relajado y rural. Complementa la decoración con una paleta en tonos crema y beige con tapicería y almohadones con estampado de rayas, por ejemplo en un rojo apagado. No pueden faltar los detalles naturales como los acabados roble, algodón o lino.